lunes, 28 de marzo de 2011

Recuperando a Cappiello (Segunda Parte, El cartel en Francia)


Recuperando a Cappiello
(Segunda Parte, El cartel en Francia)

Hablar del arte del cartel es ejercicio de adentrarse a una amplia historia de la cual lo antes expuesto, en la Primera Parte, no pasa de ser sólo una muy pequeña parcela. Aún así, por otra parte, esa pequeña parcela constituye la inequívoca prueba de cuán importante ha sido Leonetto Cappiello; tanto como para ser hoy considerado como el padre de la publicidad moderna. Veamos algunos datos importantes sobre su contexto.

Cuando se habla del cartelismo se habla del arte epítome de la Edad Contemporánea. La gestación del mismo se ubica en plena Revolución Industrial y su maduración durante la Belle Époque. Aunque la técnica tiene como predecesor el grabado policromático japonés (la xilografía Nishiki-e y el Ukiyo-e) del siglo XVIII, para Occidente, la invención de la litografía en 1798, por Aloys Senefelder, marcará su inicio.

Es Jules Cheret quien entonces, para 1868, desarrolla un proceso litográfico tricolor que posteriormente le permitirá, con tan sólo tres piedras, alcanzar prácticamente cualquier registro cromático. Hijo de un tipógrafo formado en los mejores talleres de París y Londres, haber diseñado múltiples portadas para libros y catálogos y, finalmente, haber conocido a un fabricante de perfumes de la compañía Rimmel quien, en el 1866, le suple un estudio equipado con la mejor tecnología de la época, son algunas de las condiciones que propiciaron el que hoy se le conozca como iniciador del cartel moderno. La combinación de imagen y palabra en muy poco tiempo hacen del cartel el medio dominante de la comunicación de masas y a la vez convierte las calles de Berlín, Milán, París y Londres en una galería de arte accesible a todo tipo de público.

A esto se suman las figuras de Toulouse-Lautrec y Alphonse Mucha. Mientras con Toulouse-Lautrec y su previa experiencia como pintor el cartel alcanza la categoría de arte; con Alphonse Mucha, el estilo modernista de Cheret y Toulouse-Lautrec es abandonado para hacer del Art Nouveau una esplendorosa vuelta a la naturaleza y los pre-rafaelistas. Este estilo dominará por los próximos años pero la repetición y lo cargado de su estilo fueron produciendo el agotamiento que, junto a la muerte de Toulouse-Lautrec, y la vuelta a la pintura por Mucha y Cheret, quienes abandonan el cartel, dan paso al estilo único de Leonetto Cappiello.

Cappiello nace en Livorno, Italia, el 9 de abril de 1875 y muere en Cannes, el 2 de febrero de 1942. Con su llegada a París, en el 1898, conoce a Puccini y un mes luego publica una caricatura del pianista en la revista Le Rire No 191 (2 de julio). Ese estilo caricaturesco en sus comienzos lo acercará a la limpieza en la línea del estilo de Cheret, y posteriormente a Toulouse-Lautrec, para finalmente abandonarlo simplificando sus carteles en función de un carácter cada vez más publicitario. Así rechaza el estilo sobrecargado del Art Nouveau y, en su lugar, opta por imágenes que destacan como punto focal de sus afiches sobre fondos mayormente sólidos y que casi siempre son rematados por una tipografía sobria resaltando la función comunicativa.

Ver, por ejemplo, cómo en nuestros días la compañía Apple cobra identidad en el logo de una manzana o la marca de calzado deportivo Puma es identificada en el ícono de una pantera negra, se le debe a Leonetto Cappiello. Esa tendencia iconográfica hacia el “branding” o el “trade mark” del lenguaje publicitario es lo que hace de Cappiello, además de un importantísimo cartelista, el padre de la publicidad moderna.

jueves, 24 de marzo de 2011

Recuperando a Cappiello (Primera Parte)


Recuperando a Cappiello (Primera Parte)

Recuerdo que lo vi cuando caminaba por Downtown Minneapolis, mientras esperaba por la Metro Transit 94, cerca de la esquina del famoso Gay Nineties Theatre a una cuadra de la Minneapolis Central Library. Todo el que lo notaba tenía que comentar algo. Aquel poster era sencillamente genial.

Durante mayo del 2004, como parte del lanzamiento del iPod, Apple comenzaba por toda la nación una amplia campaña publicitaria. La misma, consistía en una variedad de cuatro posters que simulaban unos cables blancos que iban desde las manos a los oídos de una silueta negra sobre un fondo de color neón brillante. El mensaje leía “iPod, 10,000 songs on your pocket. Mac or PC”. Sin embargo, lo que captaba mi atención no eran aquellos posters, sino uno que parecía pasar desapercibido entre los que ya he mencionado. El mismo leía como sigue: “10,000 volt in your pocket, guilty or innocent”. Más que una parodia de la campaña dirigida por Apple, era una denuncia a las políticas de tortura adoptadas por Estados Unidos contra los prisioneros de guerra en Abu Ghraib y que fueran dadas a conocer el 28 de abril del 2004.

El afiche en cuestión era producto de un artista desconocido perteneciente a un colectivo de Nueva York llamado Copper Greene (nombre utilizado por el Pentágono para designar el operativo sobre abusos a prisioneros en Iraq) y cuyos miembros prefieren el anonimato. Primero, aparecieron en Nueva York y un mes luego en California lo que generó algunas dudas sobre el origen de los mismos. Con el tiempo ha quedado claro, por algunas variaciones en el diseño, que los que aparecieron en California fueron producidos por otro grupo llamado Forkscrew Graphics. Lo cierto es que este grupo, a pesar de haber sido identificado con causas de compromiso social y político, ha diferencia de Copper Greene, han hecho de la reproducción de estos afiches una cuestión con fines comerciales. Acción que, a todas luces, va en contra del “culture jamming”, un tipo expresión que se ha vuelto cada vez más frecuente durante los últimos 15 años.

No es mi intención discutir las características ni pormenores del “culture jamming”. Lo que si quisiera resaltar es que es el poster, o mejor dicho, el cartel, lo que se muestra como formato de preferencia.

De vuelta a mi paseo por Downtown Minneapolis, recuerdo que aquella imagen no sólo me llamaba la atención por la manera en que subvertía el mensaje de la propaganda en uno de desestabilización y denuncia. Había algo de aquel afiche que me era familiar. Hice una pequeña búsqueda en la Internet y me topé con lo que hasta entonces no era más que un vago recuerdo; “VOV”: el afiche de un cartelista de la Francia de las primeras tres décadas del siglo XX, Leonetto Cappiello. Por una de esas ironías de la vida; el cartel de una bebida “energizante”.

Leonetto Cappiello, "VOV" (1922).

jueves, 10 de marzo de 2011

Sacralización, intelectualidad y violencia: Imago UPR


Sacralización, intelectualidad y violencia: Imago UPR
Los intelectuales acostumbrados a alimentarse de textos se refugian en desengañadas consideraciones respecto a la imposibilidad de cualquier interpretación segura (Girard, 8).
René Girard – El chivo expiatorio.
En otro tiempo hubiéramos tomado como percepción generalizada la idea de que la violencia tiene como vector una relación de superior-a-subordinado. Hoy, 7 de marzo, Ana Guadalupe, tiene que estar cuestionando muy seriamente si esa ecuación ha dejado libre algunas variables. Por otra parte, la percepción particular de cada quien añade otros matices. Aunque ya no sobre la dirección a seguir de la violencia, en tanto radio de acción, los matices que se añaden pueden incluso hacer de un acto de violencia la también generalizada percepción de un acto de justicia. De más está decir que la especificidad de nuestra condición y circunstancias imprimen en nosotros una igualmente particular capacidad de ver, transformar o enceguecer ante un suceso. Pero tomando en consideración que una misma acción -violenta en este caso- puede desembocar en la manifestación de cualquiera de las anteriores indistintamente, habría que plantear cuánto hay de voluntad en asumir una de estas posturas y cuán conscientes estamos de las mismas y su repercusión.
Cuando se habla de violencia, son muchos los autores que vienen a la mente. Esa palabra, con la que por igual hoy se enjuagan la boca tanto el gobernador como los defensores de los derechos humanos, en el campo de las ideas le debe su pedigrí a títulos que van desde La violencia y lo sagrado, de René Girard, hasta Sobre la violencia, de Slavoj Zizek. Ahora bien, ¿qué tiene de pertinente todo esto para un articulillo cuyo título inicia con un concepto como el de sacralización? Pues bien, para entender ese aspecto sacralizador de la intelectualidad que se avisa en el título, me gustaría -no tiene por qué gustarle a nadie más- exponer algunos puntos de consonancia entre la cita de Girard con que encabezan estas líneas y una de Genealogía del fanatismo de Émil Michel Cioran donde éste señala que: “La historia no es más que un desfile de falsos Absolutos, una sucesión de templos elevados a pretextos, un envilecimiento del espíritu ante lo Improbable. Incluso cuando se aleja de la religión el hombre permanece sujeto a ella; agotándose en forjar simulacros de dioses, los adopta después febrilmente: su necesidad de ficción, de mitología, triunfa sobre la evidencia”.
De la cita de Girard cabe destacar de inmediato dos aspectos constitutivos de ese sujeto al que llama: “intelectual acostumbrado a alimentarse de textos”. El primero, es ese carácter o, más bien, tendencia a “refugiarse en desengañadas consideraciones respecto a la imposibilidad de cualquier interpretación segura”. El segundo, por consecuencia al primero, es el carácter o inclinación a lo que podemos llamar hipercriticismo. El mismo Girard comenta que, “En nuestra época, muchas personas inteligentes creen seguir haciendo progresar la perspicacia crítica exigiendo una desconfianza cada vez mayor” (Girard, 8). En ese sentido la anterior cita de Cioran no hace más que confirmar el argumento de Girard sobre la “imposibilidad de cualquier interpretación segura”.
Cioran, incluso, como parte de las “desengañadas consideraciones” calificará la historia como “falsos Absolutos, una sucesión de templos elevados a pretextos, en envilecimiento del espíritu ante lo Improbable”. Más que conocido el calibre de Cioran como intelectual, no sólo irá contra los falsos Absolutos sino que envuelve su discurso bajo un cerco semántico que iguala cualquier “interpretación segura” a un acto sacralizador. Así, cualquier gesto en busca de certeza, será religión; cualquier determinación de acción: un simulacro, necesidad de ficción; en fin, la praxis de una mitología.
Ahora bien, para entender mejor todo esto, ¿qué características tiene el mito, cuáles son sus manifestaciones, cómo se construye el espacio de lo sagrado y, en conclusión, de que hablamos epistemológicamente cuando decimos que el sujeto asume la esfera de lo sacro? Además, regresando al suceso en que la pobre Ana Guadalupe casi hace de chivo expiatorio, ¿qué papel juega la violencia en todo esto? Por el momento, el mismo Cioran, parece darnos una primera pista cuando señala que, “Incluso cuando se aleja de la religión el hombre permanece sujeto a ella”.
Mircea Eliade, el más prominente historiador de las religiones, en su libro Lo sagrado y lo profano plantea que, “una existencia profana […] jamás se encuentra en estado puro. Cualquiera que sea el grado de desacralización del Mundo al que haya llegado, el hombre que opta por una vida profana no logra abolir del todo el comportamiento religioso” (Eliade, 27). Veamos entonces, cómo se manifiesta ese comportamiento sacralizador en lo que hemos identificado como intelectuales acostumbrados a alimentarse de textos y con una acentuada proclividad por el hipercriticismo (obsérvese con particular atención la sufijación, ismo).
En El chivo expiatorio, Rene Girard analiza dos intelectuales dentro del marco de la crisis histórica suscitada por la peste negra que asoló la Francia de mediados del siglo XIV. Tanto en el caso de Guillaume de Machaut y su Jugement du Roy de Navarre, así como en el de La Fontain y su Les animaux malades de la peste, Girard señala lo que califica como una admirable repugnancia casi religiosa por mencionar el termino “peste”. No es que no se hablara de la peste, más bien se aludía: se buscaba su origen en el envenenamiento de las aguas, se culpaba a los judíos por el supuesto envenenamiento, se le adjudicaba carácter de justicia divina. No debe sorprendernos que “eso” (la peste) haya generado discusiones socio-políticas, teológicas, legales, identitarias y civiles. Aquel “asunto” (la peste); es decir, la totalidad de aspectos que “le” conformaban, tan numinoso como ominoso, quedaba, por usar palabras de Cioran, como “una sucesión de templos elevados a pretextos”.
Digamos que, cuando digo hombre primitivo, lo hago con cariño. Aclarado esto, decir “lo primitivo” no necesariamente refiere a arcaico o incivilizado, sino a una metafísica y una epistemología que bien pudieran estar presente en el hombre de hoy. Según Eric Havelock, en su libro La musa aprende a escribir: Reflexiones sobre oralidad y escritura desde la Antigüedad hasta el presente, “las oposiciones binarias del estructuralismo, si bien se afirma que son universales, se presentan latentes en la conciencia del «hacedor de mitos»” (Havelock, 85). Por otra parte Eliade dirá que, “el hombre moderno que se siente y pretende ser arreligioso dispone aún de toda una mitología camuflada y de numerosos ritualismos degradados” (Eliade, 172). En ese sentido, el mito o la ciencia, lo primitivo o (pos)moderno, lo sagrado o laicizado de las conductas objeto de estudio, aquí, no son juicios valorativos. Más bien, son un gesto por entender las maneras en que imaginamos, perdón, pensamos el mundo. (Quien tenga incomodidad con esto, de antemano permítame la sugerencia de saltarse la lectura de Los hijos del limo, de Octavio Paz).
Pensemos, por ejemplo, en la Torre de la UPR como omphalós, como zigurat, como Axis Mundi (o el árbol sagrado de Avatar, con el permiso de James Cameron). Su presencia en nuestro entorno, o debo decir, nuestro entorno como extensión de su presencia, no sólo marca un centro de actividad (de ser), sino que marca una psique que le adjudica carácter de fundamento ontológico. Así el intelectual, como hombre primitivo o hierofante, tal vez, como hacedor de mitos, asumirá su ministerio de pensar o imaginar su mundo. ¡Habemus Imago Mundi! Pero ¿qué pasaría si de pronto ese mundo y su orden son trastocados? ¿Qué tal si irrumpiera en él algún momento de crisis o caos? Dirá Eliade que: “El hombre religioso está sediento de ser, el terror ante el «Caos» que rodea su mundo habitado corresponde a su terror ante la nada. […] Si, por desgracia, se pierde en él, se siente vaciado de su sustancia «óntica», como si se disolviera en el Caos, y termina por extinguirse” (Eliade, 60).
Pues bien, pensemos ahora, por ejemplo, en una huelga. Notará el lector que un “click” hará eco en su cabeza frente a palabras como huelga, disgregar y normalidad; palabras estas muy sonadas durante los últimos meses y que, al igual que en el caso de la palabra violencia (no podemos olvidarla), han servido de enjuague bucal para muchos. Notará también el lector que, el efecto de “ésta” (ahora la huelga) será análogo al de “aquella” (la peste). El intelectual, como el hombre primitivo, religioso moderno, si se me permite, mostrará analógicamente una conducta similar a la señalada en la cita anterior. Si regresamos al texto de Girard, tendremos un ejemplo de cuál fue la reacción de los franceses ante “aquella cosa” (la peste): “tenían tanto miedo de la peste que su propio nombre les horrorizaba; evitaban en lo posible pronunciarlo e incluso tomar las medidas debidas a riesgo de agravar las consecuencias de las epidemias. Su impotencia era tal que confesar la verdad no era afrontar la situación sino más bien abandonarse a sus efectos disgregadores, renunciar a cualquier apariencia de vida normal” (Girard, 9).
En el caso de la huelga en la UPR, creo que sólo bastará con observar el proceder del sector docente. No es que no se hable de la huelga, más bien se alude: se busca su origen hasta debajo de las piedras, se culpa a unos y a otros por el descalabro fiscal de la institución, habrá quien incluso vea a la Rectora como recipiente de la justicia divina. No debe sorprendernos que “ésta” (la huelga) haya generado discusiones y enfoques múltiples: antropológicos, políticos, económicos, legales y no dudo que aparezca quién haga uno desde un enfoque religioso (se moi). Éste “asunto” (la huelga); es decir, tanto su totalidad como cada uno de los aspectos que la conforman, tan “uncanny” como parezca, queda pues, volviendo a Cioran, como una sucesión de templos disciplinarios elevados a pretextos. Arreligiosos, como todo buen intelectual, aparecerán toda una serie de mitologías camufladas y de numerosos ritualismos degradados: la resistencia simbólica de obedecer “bajo protesta”, el ritual consolatorio de creer que se progresa por perspicacia crítica y, el más evidente, el mito cosmogónico que se percibe de la insaciable cantidad de textos publicados en donde “cosmizar el Caos” que se enfrenta.
Como si se quisiera anular la duración histórica, el ritual crítico nos ha sumido en un tiempo mítico primordial hecho presente en el acto de la crítica y el papel escrito. Ante la duración profana de una crisis institucional y económica, hemos optado por hacer de la historia toda, nada menos que un cúmulo de “falsos Absolutos”. Sobre esos intelectuales acostumbrados a alimentarse de textos, Eliade señala que, “la lectura comporta una función mitológica […] especialmente porque la lectura procura al hombre moderno una «salida del Tiempo» comparable a la efectuada por el mito” (Eliade, 172-173). Mientras tanto, aquellos que agotándose en forjar simulacros de dioses para luego adoptarlos febrilmente (como han querido hacer ver a los estudiantes), no ven más que precisamente eso: agotamiento. En balde una genealogía entera de fanáticos imaginará también su mundo. Salvo que, para ellos, los rituales serán otros. El resultado: aquello en lo que concluye la cita de Girard que he venido desglosando: “Toda la población se asociaba gustosamente a ese tipo de ceguera. Esta voluntad desesperada de negar la evidencia favorecía la caza de los «chivos expiatorios»” (Girard, 9-10). En fin, La Violencia. Es decir: más.


Bibliografía:
Cioran, Émile Michel. Genealogía del fanatismo. Tomado de Ignoria, Biblioteca hogar:
Eliade, Mircea. Lo sagrado y lo profano. Barcelona: Guardarrama/Punto Omega (Editorial Labor), 1967.
Girard, René. El chivo expiatorio. Barcelona: Editorial Anagrama, 2002.
Girard, René. La violencia y lo sagrado. Barcelona: Editorial Anagrama, 1983.
Havelock, Eric. La musa aprende a escribir: Reflexiones sobre oralidad y escritura desde la Antigüedad hasta el presente. Barcelona: Editorial Paidós, 1996.

martes, 1 de marzo de 2011

A - FOR - ISMOS #16



171. Hay quienes exhiben tal profundidad de pensamiento que, para convencernos, son capaces de ahogarse en ellos mismos.

172. De los amigos genuinos siempre queda la satisfacción de saber que se van sin haberse ido antes. Los demás, corren el peligro de volverse imaginarios.

173. Si algo hay más insoportable que un engreído aspirante a escritor, es un engreído escritor como aspirante diplomado.

174. Un poema no está terminado hasta que muere quien lo escribe.

175. Un poema no está terminado hasta que muere quien lo escribe, sino hasta que los lectores dejan de leerlo.

176. No escribo para ser leído, sino para que el lector se lea a si mismo; aunque la intención haya sido otra.

177. En este momento, un lector me (re)escribe.

178. Cuando me preguntan ¿por qué escribir? sé que parten de una premisa equivocada. La pregunta debió ser ¿por qué no leer?

179. Sólo un masoquista ama incondicionalmente; todo lo demás es un genuino acto de egoísmo.

180. Mi egoísmo me salva de la soledad y el solipsismo.

domingo, 13 de febrero de 2011

FRITSCHIELLA



Fritschiella


I.
Me has tenido siempre
en tus manos.
Una gitana hubiera bastado
para que te dieras cuenta.


II.
Mantenme siempre cerca;
tan cerca que escuches
tus latidos en mi pecho.


III.
Medir distancias en años luz
deja menos que una finísima oscuridad
entre tu cuerpo y el mío.


IV.
En el más oscuro
encierro de tu cuerpo
alcanzo la libertad
de una entrega.


V.
De nuestra infancia sobreviven
tu nocturnal proclividad
por las escondidillas
y mi olfato de gallinita ciega.


VI.
Pudiera imaginar un mundo sin mí
pero tu imagen me lo impide.


VII.
Pensarte es siempre
un ejercicio por desmentir
cualquier presunción de inocencia.


VIII.
Tu nombre es el eufemismo
con el que nombras
lo mejor de mi.

FORTUÑO SI NO TIENES NADA QUE HACER, NO DIGAS QUE VAZ A HACER LO QUE OTROS YA HICIERON SIN TU AYUDA Y MEJOR

‎"La Comisión presentará recomendaciones de cómo construir un centro docente de alta calidad en el mundo académico". "El grupo tiene como propósito trabajar para construir la UPR que todo puertorriqueño desea, comparable con las mejores universidades del mundo".

Luis Fortuño
Gobernador


Fotos por: Greta Enid Gómez del Valle

Los números hablan más que sus dos años de infamia y descalabro del país. No sea charlatán y deje de decir que va a hacer lo que otros ya hicieron bien y sin necesitar de su ayuda.

lunes, 31 de enero de 2011

"BAJO PROTESTA"



BAJO PROTESTA

Se que me caerán chinches por lo que expondré a continuación, pero acostumbrado a la faena insecticida de librarme de éstas últimas, debo decir lo siguiente. Algunos, en el gesto por identificar un origen a la situación por la que hoy pasa el Departamento de Estudios Hispánicos, han aludido a la falta de orientación y promoción de los programas como parte de la baja en la matrícula. Lo cierto es que, mientras veo millones del fondo de la UPR malbaratados en anuncios que expliquen la crisis del mayor centro docente del país, no recuerdo haber visto nunca uno que hablara de los ofrecimientos académicos. Aún así, la orientación o no, pudiera seguir siendo un problema aunque habría que mencionar que sin orientación ninguna fuimos muchos los que llegamos a los pasillos del ahora sombrío LPM (Edificio Luis Palés Matos de la Facultad de Humanidades). Algunos, amén de las chinches, acostumbrados a invertir valioso tiempo de estudio y lectura al ejercicio de rascarnos, nos graduamos. Otros cansados de la piquiña salimos a hacer estudios graduados a otros parajes para conocer nueva fauna entomológica.

Creo que por muchos años los estudiantes de Hispánicos han sido pasivos y sumisos observadores de los desmanes y vicios que se fueron creando con el tiempo y nadie cuestionó nada. La participación estudiantil en ese sentido deja mucho que desear y mucho más por cuestionar sobre prácticas docentes y administrativas que aún hoy nadie menciona. A eso habría que añadir la facilidad con la que se sucedían “interinatos” de dirección en la Escuela Graduada y el Departamento (en un momento, a razón de uno por año), mientras las reuniones del consejo estudiantil departamental brillaban por su ausencia tanto de voz como de hechos. Con el tiempo iban desapareciendo muchas de las ayudantías de cátedra (que tanto dinero le ahorran en ofrecimiento de cursos a prestigiosas instituciones académicas), mientras por otra parte se reducía la oferta de clases a nivel graduado. Como érase de esperar, las maestrías se fueron haciendo atropelladas, sino, interminables. Así, “al César lo del César”, y a Dios que te vaya bien.

Esa misma falta de voluntad fue la que llevó al traste tener que reconocer lo difícil que es para un intelectual sobrevivir en un espacio donde la posibilidad de probar su calibre iba mermando con los días. La falta de foros donde exponer el trabajo investigativo de estudiantes encontró su equivalente en la propia ausencia de gestión por crear los espacios necesarios para el quehacer intelectual. Por si fuera poco, como signo de prestigio, la Dra. Luce López-Baralt comenta que, “Jaime Alazraki, profesor de Harvard, admitió que un hispanista pasaba la máxima prueba de fuego si dictaba conferencias en nuestro Departamento” (La UPR vive: un alto a la desesperanza, END, 29 enero 2011). Dados al análisis de discurso, como solemos hacer quienes nos dedicamos a los menesteres del lenguaje, sabemos que esto dice mucho más de lo que se lee. Más que un signo victorioso de la producción cultural e intelectual local, la afirmación se vuelve síntoma irrefutable de lo dificultoso que fue para muchos el que nuestro amado Departamento de Estudios Hispánicos pareciera simpático al devenir investigativo de sus estudiantes.

A la “máxima prueba de fuego” se suma la iniciática hazaña de publicar en su Revista de Estudios Hispánicos. Pero “una de cal y otra de arena”. Si por un lado dicho órgano ha permanecido reservado casi exclusivamente para la publicación de investigación docente, por otro, habría que aludir nuevamente a la inercia de los estudiantes por gestionar tales espacios. De igual modo, cabe mencionar que cuando en un pasado se le ofreció al Departamento la propuesta de apoyo a una revista que promoviera la creación e investigación estudiantil, lo que se obtuvo fue la tan conocida actitud del “impedimento como a priori”. Hoy esa revista es conocida como El Sótano 00931. Misma con la que en el 2004 se le hiciera frente a la queja de Julio Ortega por la supuesta falta de nuevos creadores y literatos en el país y que, en los últimos diez años, ha dejado más de ocho números, doce publicaciones editoriales de autor, tres proyectos editoriales e innumerables premiaciones a nivel nacional e internacional.

Construir una universidad pública, más que un bonito “slogan” de moda, requiere el que la misma sea pensada de manera ecléctica. No sólo se trata de cuestionar el desempeño administrativo, docente y estudiantil. Trata cada vez más de plantearse lo atractivo o no de sus ofrecimientos y la capacidad de establecer políticas de retención que sean efectivas más allá del prestigio de glorias pasadas o lo accesible de su costo. Exige, hoy más que nunca, que el amor que profesamos por esa Alma Mater lo demostremos denunciando cuando vemos un empleado no docente jugar cartas en horas de trabajo o atender otros “negocios” que no sean el de servir diligentemente a la institución que lo acoge. Amor, en esos términos, es hacer lo que éticamente nos exige la conciencia y no refugiarse en “convenios” que en la práctica nada aportan al espíritu con que fueron alcanzados (el de una universidad de excelencia). Sobre todo, conlleva el cuestionamiento de una lógica como resistencia que entienda que las huelgas y protestas sólo son efectivas en un contexto donde la opinión pública, la presión moral y la acción ética son valores reales con opciones más allá de la venta de noticiarios, la pena conmiseradora y el complejo de culpa. En arroz y habichuelas: el compromiso moral y el proceder ético sólo ejercen presión sobre gente ética y moralmente comprometida.

A la sazón de lo antes dicho debemos pensar con seriedad el significado de estrategias como entregar notas “bajo protesta”. En un artículo titulado La desarticulación de COPU y la partida de Francisco González (Luis Grande, Diálogo Digital, 27 enero 2011) lee de la siguiente manera: “el Profesor González-Miranda ha[ya] sido sacado del equipo docente de la institución, porque se “prescinde de sus servicios”. Cabe preguntarse entonces, si la próxima estrategia será aceptar “bajo protesta” los despidos masivos que se avecinan con la anunciada “pausa” o desmantelamiento de una decena de programas académicos. Habría que cuestionar seria y responsablemente el impacto del llamado “Manifiesto de docentes del Recinto de Río Piedras UPR” convocado por Áurea María Sotomayor y Rubén Ríos Ávila, y que fue firmado en Cayey por 1,066 profesores.

En ese sentido, y contrario a los múltiples estilos más o menos violentos, la última ronda de manifestaciones han hecho de la desobediencia civil el más reciente giro a seguir dentro del conflicto. Diría un amigo poeta; “el gandihsmo, sigue siendo una opción”. Pero cierto o no, lo que sí queda claro como diferencia entre estudiantes y docentes es que el gandihsmo es mucho más que la sumisa resistencia pro-forma de asumir todo “bajo protesta”; mucho más que una revolución nominal de papel y tinta donde lavar las culpas o, en español del barrio, “pasar con ficha”.

Entonces, ¿qué queda? ¿Esperar hasta agosto para ser protagonistas “bajo protesta” de la consumación de la crónica de una muerte anunciada? ¿Hacer de la cárcel una extensión de la “universidad sin paredes” y pública que construíamos dando clases en librerías de Río Piedras mientras los estudiantes cogían palos en los portones de la UPR? Mucho se ha hablado ya del prestigio del Departamento de Estudios Hispánicos y del por qué no debe desaparecer ni ser puesto en “pausa”. Mucho se a dicho de luminarias como las hermanas Luce y Mercedes López-Baralt entre sus filas de intelectuales. Ya van por la decena, los artículos que mencionan las glorias de tiempos en que Juan Ramón Jiménez y Vargas Llosa (dos premios Novel de literatura) dictaban cátedra en nuestras aulas. Más que conocidos son los logros de Luis Rafael Sánchez y Mayra Santos a la que el periódico El País reconociera como una de las cien personas más influyentes del 2010.

En un artículo publicado hoy 30 de enero de 2011, y firmado como Editorial de El Nuevo Día se lee el título: “Un deber preservar Estudios Hispánicos”. Y añade: “Sabemos que este golpe burocrático, mal diligenciado y jamás discutido abiertamente con la comunidad universitaria, sus profesores y estudiantes, no afecta sólo a Estudios Hispánicos. Otras facultades ven peligrar programas importantes, como en el caso de la Facultad de Educación, donde, según ha trascendido, quedarán “en pausa” también varios cursos”. A esto se suman, entre otros, la maestría en Ciencias de la Enfermería del Recinto de Ciencias Médicas, el grado asociado en Sistemas de Oficina del Recinto de Bayamón y el bachillerato en Artes con Concentración en Cooperativismo del Recinto de Río Piedras, el Bachillerato en Artes con concentración en Francés de la Facultad de Humanidades donde diera clases la escritora Ana Lidia Vega y el Bachillerato en Ciencias en Ecología Familiar-General, de la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras (Cynthia López Cabán, En moratoria decenas de programas en la UPR, END, 30 Enero 2011).

Aún así, de la nota editorial de El Nuevo Día lo que más llama la atención no es su denuncia y evidente apoyo a la UPR. Lo que más llama la atención es el comentario que deja uno de los lectores que firma bajo el “nickname” de Platanaso. El mismo comenta que: “Quien no esté de acuerdo con este editorial no piensa. Así de sencillo. Pero me queda una espinita: No he visto a estos prestigiosos profesores que ganan grandes sueldos y trabajan comodísimos apoyar las gestiones en la calle, poniendo en riesgo su integridad personal, su salud, su estabilidad mental y su libertad como lo han hecho los estudiantes. […] Se imaginan la repercusión internacional que tuviera ver a Luis Rafael Sánchez, Ana Lydia Vega, Luce López-Baralt, Mercedes López-Baralt... arrastrados por el piso por desobedientes civiles. Es obvio que las palabras no bastan”.

Y yo propongo, que tal si fuera una realidad, aunque sea “bajo protesta”.

miércoles, 26 de enero de 2011

UPR 2011



UPR 2011


I. DE origen

D as in Demagogia
E as in Estado
the Big Brother
is educating you.


II. ¿Firmes o filmes?

Por La historia oficial
y La deuda interna
le llegó a Puerto Rico
La noche de los lápices.


III. Campus de concentración

La concentración en el Campus
se hace mandatoria;
la policía tiene
libertad de cátedra.


IV. Botas

Las botas no saldrán del Recinto;
andan buscando
inteligencia policiaca.


V. Bajo (pro)testa

Pagar cuota, bajo (pro)testa
entregar notas, bajo (pro)testa
aceptar la bota, bajo (pro)testa
firmar sentencias, bajo (pro)testa:
Gandhismo bajo y pro-forma.


VI. Big ¡Bam!

Ya es hora
Carillón enmudecido.
De la Torre,
lánzate
de La Torre.


VII. Le(cc)sión de historia

Tlatelolco 1533
Tlatelolco 1968
se rompe el cerco…
Puerto Rico 2009, 2010,
2011… y seguimos contando.


VIII. Una promesa

Próspero y fortuño
destruyes las palabras
con que maldecir tu nombre
pero ya carente de tu encanto
poblaremos esta isla de Calibanes.

viernes, 21 de enero de 2011

A - FOR - ISMOS #15



161. El habla es la onda, la escritura escoge la piedra; pero leer, afina la puntería.

162. De que todos los hombres sean iguales ante la tumba, no tengo nada cierto; que no todos realmente viven, estoy seguro.

163. Diálogo y democracia: las dos palabras más peligrosas en boca de un político.

164. En la literatura, a río revuelto, resaca de abrojos.

165. Decir que un libro es trascendente por esto o aquello es querer hacer ciencia de lo contingente; como pretender ser objetivo para decir que lo contingente es producto de la contingencia.

166. Mucho se dice de la abundancia del corazón, pero muy poco de las carencias que se omiten con una misma boca.

167. Hay que ver con cuanta candidez olvidamos que cuando decimos “te quiero” no sólo omitimos un “para mí”; sino toda una serie de relaciones que, en ello, van implícitas.

168. Cada vez más me convenzo de que, cuando hablamos de entretenimiento para adulto, más que referirnos a cuestiones sexuales, damos fe de lo pueriles que somos.

169. Sólo un ser humano adulto maduro procrea por accidente, los demás, por amor o por error; que es lo mismo.

170. Si nos reprodujéramos por convicción, la humanidad se extinguiría.

miércoles, 12 de enero de 2011

Poetas Boricuas se leen en Venezuela: Poesía de Puerto Rico. Cinco décadas (1950-2000)



El FIPPR invita a celebrar este logro

12 de enero de 2011, San Juan, Puerto Rico


El Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico (FIPPR) anuncia que la Fundación Editorial El perro y la rana del Gobierno Bolivariano de Venezuela, y el Ministerio del Poder Popular para La Cultura, ha publicado una antología dedicada a la segunda mitad del siglo XX en Puerto Rico.

El libro lleva por título Poesía de Puerto Rico. Cinco décadas (1950-2000). La antología pertenece a la serie muy prestigiosa Colección Poesía del Mundo con que el gobierno del hermano país fomenta la lectura de las grandes obras en el mundo entero. En esta ocasión le tocó a Puerto Rico por gestiones del poeta puertorriqueño Vicente Rodríguez Nietzsche quien convocó a cinco escritores para organizar, por separado, cada una de las décadas. La del cincuenta a cargo del Dr. Reynaldo Marcos Padua; la del sesenta por Andrés Castro Ríos; la del setenta por el Dr. Marcos Reyes Dávila; la del ochenta por el Dr. Alberto Martínez Márquez y la del noventa por Julio César Pol. La nota de contraportada afirma: “La selección que ofrecemos es una muestra representativa de la poesía de Puerto Rico escrita en la segunda mitad del siglo XX. Cinco décadas y más de cincuenta poetas seleccionados y presentados por célebres estudiosos de la literatura boricua. Ellos, por un lado, nos muestran una ruta que conduce a enfatizar las discontinuidades, las rupturas, las agonías, pero, por el otro, nos invitan a advertir en este viaje los puntos de encuentro y las cadencias”.

La presentación de la antología será el jueves 27 de enero a las 7:00 p.m. en el Colegio de Abogados en la Ave. Ponce de León en Santurce, Puerto Rico. La entrada es libre de costo. Los esperamos para celebrar este reconocimiento a nuestra literatura.

Junta Directiva del FIPPR
Vilma Reyes, Presidenta
Vicente Rodríguez Nietzsche, Presidente Honorario
Marcos Rodriguez Frese, Vice Presidente