Manejo de información y algunos hallazgos:
El token del Estacionamiento de la Plaza de la Convalecencia de Río
Piedras y la placa de la Porto Rico Iron Works de Ponce
Por: Jorge David
Capiello-Ortiz
Dentro
de todo lo relacionado a pertenecer a la Sociedad Numismática de Puerto Rico
una de las cosas que espero con mayor entusiasmo, además de la NumiExpo, lo es
el Boletín “Puerto Rico Numísmático” que con tanto esmero y diligencia preparan
nuestro presidente, Rafael Echevarría, y hermano socio, Heriberto Soto. Y
tendría que confesar que, más que por la lista de la consabida subasta, mi
entusiasmo va directamente ligado a la lectura de sus artículos. Lamentable,
por demás, resulta el hecho de que una vez finalizada la subasta pocos parecen
conservar el boletín o al menos haberlo leído.
En un
mundo tan dirigido a la especulación de los valores como lo es el de la
numismática puertorriqueña, no hay manera más segura de velar por nuestra
inversión que el constante ejercicio investigativo, el flujo responsable de la
información y la buena fe de quienes tienen el conocimiento. A tal efecto,
enorgullece en lo personal formar parte de una sociedad donde se producen
proyectos de investigación y documentación como los libros publicados por el
Sr. Ovidio Dávila, el Lic. Fumero y su hijo, el Sr. Luis A. Serrano y otros
colegas como el Sr. Enrique Mancheno y la aportación de sus artículos.
Ahora
bien, comentaba antes que no hay manera más segura de velar por nuestra
inversión que el constante ejercicio investigativo y el flujo responsable de la
información. La especulación de valor de la que son objeto nuestras
colecciones, en tanto inversión, no se da como producto del objeto coleccionable
en si mismo, sino de su oferta y demanda basada en la investigación responsable
de su procedencia, trasfondo histórico y, más que nada, disponibilidad. Al
momento no tenemos, salvo escasísimas piezas, información sobre las tiradas de
nuestros tokens a no ser por acuñaciones en la mayoría modernas. Sin embargo,
estos números no están accesibles a la mano del coleccionista y, por otra
parte, hay que aceptar que esto no toma en consideración ni resuelve el
problema de la disponibilidad de una pieza en casos de pérdida, desaparición de
lotes o lotes encontrados recientemente. De esta manera, resulta que, lo que en
un momento parece ser una pieza escasa, años luego pudiera ser una pieza a la
que ya nadie preste mucho valor.
Token del Estacionamiento de la Plaza de la Convalecencia, Río Piedras.
Colección de J.D. Capiello-Ortiz
Por dar
un ejemplo, a mi regreso de Minnesota en el 2006, para ese verano, trabajé en
la remodelación del segundo nivel del edificio de lo que hoy es el restaurante
Subway, en el Paseo de Diego, esquina con la Calle Brumbaugh. Como ingeniero
civil aficionado que soy (es decir: sin tenerlo por oficio), además de rescatar
la loza original del segundo nivel de ser cubierta por dos pulgadas de cemento,
allí se encontró el más reciente lote de tokens del Estacionamiento de la Plaza
de la Convalecencia de Río Piedras. El mismo lee: “Estacionamientos, Río
Piedras Inc.” (en el anverso) y, “Diciembre 1973” (en el reverso). Ambas leyendas,
al margen del listel, en ambas caras. Quinientos (500) tokens para ser exacto,
un solo estilo y no dos como algunos aducen. En un principio, dichos tokens
fueron vendidos como muy raros llegando a pagarse por ellos cantidades que
fluctúan entre $40 a $70 y algunos hasta $100. Hoy, no más de $15.
Placas repetidas #26 de la Porto Rico Iron Works.
Colección de J.D. Capiello-Ortiz
En lo
más reciente, tan cercano como el pasado mes de septiembre, en la pasada
NumiExpo 2012, llamó la atención de este servidor el hallazgo de tres placas de
la Porto Rico Iron Works con números iguales: #26. Al examinar las piezas las
tres muestran las imperfecciones propias del cuño antiguo y no la perfección esperada
de la tecnología de un cuño moderno que tanta atención presta a la precisión de
detalles. Por ejemplo, los puntos que separan las siglas PRIW no están
alineados a la perfección, la letra “I” (en PRIW) presenta una leve
inclinación de su parte superior hacia la izquierda, mientras que, la letra “E”
(en MEC) muestra una pequeña inclinación hacia la derecha (más observable en el
ejemplar del extremo derecho). Además, la perforación de la placa que se ve al
centro de la foto arriba está unos grados más al sur que en las otras dos
(tómese como referencia la posición de la perforación con relación al número 6
que le queda a la izquierda). Todas estas, imperfecciones que sumadas a la
patina que se puede observar en cada una de las placas, atestiguan la edad y
legitiman la originalidad de las piezas que, de haber sido producto de un cuño
moderno, hubiera sido difícil reproducir. Hoy, estas piezas se venden hasta por
$10 cuando, para los años en que yo empezaba a coleccionar, se podían pagar entre
$25 a $30 por cada una de ellas.
Porto Rico Iron Works, 1 de enero de 2006.
Foto de: J.D. Capiello-Ortiz, 2006 ©
Descartada
la falsificación de las piezas, algunas interrogantes quedan sobre la mesa.
¿Por qué la reproducción de piezas repetidas? ¿Cuántas se acuñaron? ¿Qué
implicaciones tiene el hecho de que sólo aparezcan las placas de la división
del Cuerpo de Ingenieros Mecánicos (M.E.C. por sus siglas en inglés)? Me
aventuraría a contestar que muy posiblemente la repetición de números responde
al hecho de que no se acuñaran repuestos por separado en caso de pérdida de la
pieza. La reproducción en sets de los repuestos aseguraba el costo efectivo de
una fabricación que por separado sería más onerosa. De manera que, si alguien
perdía su placa, ya se tendría un repuesto sin tener que acuñarla por separado.
Cierto es que la cifra más alta por mi conocida de esta pieza es 99 (muy baja
para la cantidad de empleados en una compañía como esta) pero, el detalle de
que la placa muestre las siglas M.E.C., nos deja saber que era la placa de una
división y no de la fábrica completa. En ese sentido, pudiéramos asumir que las
reproducciones no respondían a la cantidad de empleados sino a la posible
reposición de placas perdidas. Ahora bien, ¿cuántos sets de reproducciones para
la posible reposición de piezas perdidas se acuñaron? ¿Sería esta práctica algo
frecuente en las demás compañías? Eso ameritará más investigación. Por lo
pronto, cumplimos con el compromiso de informar sobre el detalle de tan curioso hallazgo.